viernes, 31 de agosto de 2007

El árbol genealógico de la abuela

Éste, ésta, estas dos, éste otro, aquella, aquel, y aquel otro... no me van a decir que no saben de quienes habla mi abue...
Lo loco es el tema de los códigos familiares, éste es sólo un ejemplo de tantos que hay, tantos códigos como familias. Cada casa es un mundo, dicen por ahí...


La Abuela se refería con estos pronombres demostrativos a nosotros y bien sabíamos todos a quien estaba nombrando...


A quienes no veía habitualmente no. Y, a los que no correspondían a descendencia directa, creo que por pudoroso respeto los mencionaba por su nombre.


La excepción (siempre hay una), fue el socio de mi papá de ese entonces... Parentesco? ninguno! (entonces qué tendrá que ver, no?) pero bué, ahí estaba y también él ligó pronombre.




Creo que recibí tanto amor y paciencia de mi Abue y de mi tía (LA tía) en mi niñez que todavía hoy (y creo que siempre) me regocijo, divierto y aprendo...No sé..., fueron y son las mamás que me dió la vida cuando tuvo que llevarse a la mía.

jueves, 30 de agosto de 2007

Cuando eramos chicas...




Recuerdo con mucho amor, las frases o palabras que usaba mi abuela cuando eramos chicas...

Sólo en dos oportunidades fue bocasucia, al menos delante de nosotras...
Nosotras realmente eramos terribles, o peleábamos (como buenas hermanas) o hacíamos lío juntas (como buenas hermanas). Los líos se centraban sobre todo en el hacer enchastres (incursionando en la cocina) a la hora de la siesta o bien revolver alguno de sus inmensos placares tan llenos de cosas, sobre todo de fantasías... Dejen esas porquerías diría mi abuela.
Cuando se levantaban de la siesta.... Adiós! Mirá lo que hicieron estas dos miercolitas, decía ella, y descalzas con los pies en el piso! Para nosotras era un Sr. reto, jeje. También pobre, visto desde los 32 años pienso, se iría a dormir sabiendo que dejó todo limpito y en orden, como buena ama de casa y pensando en que después de su té con leche con galletitas de agua se pondría a hacer tal o cual cosa y se despertaba con la cocina revuelta o con la galería llena de tiza (y de las de colores) porque ahí teníamos nuestro pizarrón entre una puerta y un armario quedaba un metro de pared que era el frente del aula, visto desde acá me pregunto porqué no nos íbamos a escribir en la terraza, que en el peor de los casos la lluvia se encargaría de hacer las veces de borrador... Al ver la pared de la galería, que era un lugar de paso contínuo, convertida en mural artístico y la nieve de colores, sobre todo el fucsia (resaltaba más) en el piso, le salía el me caigo y me levanto, lo que implicaba que tendría que volver a limpiar lo limpiado.
La pucha y el caracho reemplazaban a las ya conocidas... aunque como decía al principio una de las veces en las que no utilizó una de la suyas fue porque no se que se le había derramado y muy entre dientes y tan cortita como si fuera una palabra monosilábica dijo puta.
La otra fue por alguna macana grande que realmente no recuerdo cuál pudo haber sido... nos dijo mierditas pero se notaba y mucho que en sus retos ponía más de amor que de enojo, no sé, no es fácil de explicar...
La tele, y pensemos en una época de 4 o 5 canales diurnos o con restricciones horarias, cada vez que aparecía, por ejemplo, una propaganda de toallitas femeninas y le preguntábamos que era... pobre... son 60 años de diferencia... ay, no sé que viene a representar..., sino parála, decía refiriéndose a apagar el aparato.

Otro día les cuento del árbol genealógico de pronombres... porque ahora ya ya ya me tengo que ir...


ARTISTAS


Somos los artistas de nuestra vida, no sólo los protagonistas.

Somos esa nubecita que se deja llevar por el viento fresco, la que también respeta vendavales, o esa nube gris que trae calma a la sed de las plantas; somos la mariposa que pulula entre las flores;somos el Sol que calienta y encandila con su fuego; somos la Luna que ilumina con imponente silencio ese camino; somos la paloma que vuela tan alto como quiere, segura y alcanzando la despreocupación por algo que detenga su vuelo, disfrutando en paz; somos el árbol que hecha raíces, para luego poder crecer de manera fuerte y desmesurada; esa combinación de notas musicales que salen de la mirada del enamorado.

Somos la persona que queremos ser feliz, musical, triste, libre, sonriente, escondida, fuerte, apasionada, débil, apagada, ... la que elegimos ser (aún por omisión), también forman parte de nuestro ser las pinceladas de quienes nos rodean, quienes pasaron y también dejaron trazos en nuestra vida, los retazos de los cuadros/momentos vividos, y la soñadora euforia por lo que vamos a crear...

La plenitud con la que disfrutemos cada momento, la elección de cada palabra, de cada gesto, el hacer que nos define, el encontrarse uno y con el otro, el placer en cada acto de la vida, entre tantas otras cosas nos hace los artistas de nuestra vida.